Lo más valioso en la vida de un fotógrafo es el registro de su vida. Cada una de los disparos cuentan anécdotas, facetas, fijaciones… pero lo más interesante es que muestran cosas que la realidad no es capaz de mostrarnos.
Y es que el descubrimiento y constante asombro que uno experimenta con la manipulación de la realidad, trae constantes sorpresas y nuevas revelaciones a todo aquel que esté dispuesto a recibirlas.
Es una ventaja tener una cámara al momento de su aparición, de esta forma no solo se pueden experimentar en vida propia, sino en las historias que cuentan cada una de las personas a fotografiarse. Como si se fuese un médium, uno las interpreta y las vuelve realidad a través de una imagen. Esto enriquece de sobremanera la interpretación hacia las experiencias propias, y al final tus fotos te cuentan mucho más cosas que lo que uno puede apreciar a simple vista.
Principalmente he sido un fotógrafo de retrato, pero con el tiempo he aprendido a querer la fotografía de otras formas. Es así como la publicidad me ha ido seduciendo hacia el camino de la perfección técnica, dándome las herramientas necesarias para poder contar una mayor cantidad de realidades.
Actualmente trato de llevar una balanza entre mi trabajo profesional y personal. Sé que algún día llegarán a su punto de encuentro. Mientras tanto seguiré dejándome seducir llevando un registro del camino.